La Habana, 7 Jun (Notimex).- El grupo disidente cubano Damas de Blanco elogió hoy al arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, por su actitud “receptiva”, durante un extenso diálogo en la sede del Arzobispado.
“La reunión fue muy abierta, muy receptivo el cardenal” ante las demandas, afirmó la portavoz del grupo Berta Soler al salir de una reunión de casi cuatro horas con el cardenal, acompañada por otras tres mujeres opositoras.
“Nuestro principal objetivo es que el cardenal sepa que somos mujeres que sólo por participar en las misas dominicales somos llevadas al calabozo y que se ha recrudecido la represión contra nosotras”, dijo.
“Esta reunión y escucharnos fue un poco de protección para nosotras. Valió la pena. Estamos satisfechas”, afirmó Soler en repuesta a pregunta de Notimex.
En el encuentro participó también Laura Labrada, hija de Laura Pollán, la fallecida líder del grupo surgido en 2003 y Premio Sajarov del Parlamento Europeo que aboga por la liberación de los presos políticos.
El gobierno cubano considera a las féminas disidentes como “mercenarias” al servicio de Estados Unidos, al igual que el resto de la oposición, y sus partidarios organizan mítines de repudio contra el grupo.
“También le recordamos (al cardenal) la carta que dejamos para que él interceda ante su Santidad Benedicto XVI para que conceda una audiencia en El Vaticano con una representación de las Damas de Blanco”, apuntó Soler.
La cita, la segunda con el prelado desde agosto de 2011, se llevó a cabo en momentos en que la Iglesia Católica tuvo que enfrentar duras críticas del exilio anticastrista por el papel de Ortega como mediador ante el gobierno del presidente Raúl Castro.
Los anticastristas acusaron a Ortega de “contubernio” y actitud “lacaya” ante el gobierno cubano y estallaron en cólera por sus declaraciones en Estados Unidos contra varios de los ocupantes de un templo católico.
Según Soler, las Damas de Blanco agradecen mucho al Cardenal su papel en la excarcelación de 52 presos políticos en 2010, la mayoría de los cuales viajaron a España, tras un inédito diálogo con Castro.
“Tenemos confianza y fe en él”, insistió Soler, tras señalar que por eso “vinimos a la casa de Cristo para que el cardenal nos escuche y pueda transmitirle a Raúl Castro” sus preocupaciones por la violencia gubernamental contra la organización en La Habana y otras ciudades.
“Por lo menos aunque no cese la violencia(…) si pueda disminuir porque somos mujeres pacíficas que amamos la vida, la familia, y hemos aprendido cada día más a amar a nuestra patria y vamos a la iglesia sólo para orar y pedir por la libertad de los presos políticos”, argumentó.
Al ser consultada sobre si habían realizado nuevas gestiones por la liberación de presos políticos, Soler señaló que Ortega ha hablado del tema con el presidente Castro y, cuando no lo hace de manera directa, lo expone ante otros representantes del gobierno.
Pero aclaró que “eso está en manos de Raúl Castro” porque “la libertad de los presos políticos no está en manos del cardenal, sino del gobierno de Cuba. El gobierno cubano es el que abre las rejas, no las abre el cardenal”.
Soler precisó que el 25 de mayo pasado entregaron a la Iglesia católica la lista de los 64 presos políticos por cuya excarcelación están abogando.
“Vamos a seguir tocando las puertas de la Iglesia católica, somos mujeres llenas de fe y esperanza y estamos en la casa de Cristo, somos parte de su rebaño, el sector marginado, sufrido, y venimos para que nos dé protección”, anotó.
